La muerte de la mariposa

En un invernadero vivía una mariposa que tenía las alas de color azul. Él la cuidaba y la mimaba mucho pues era su favorita. Orgulloso de su conquista, la enseñaba a sus amistades contándoles lo lejos que había tenido que viajar y las triquiñuelas que había empleado para poder cazarla.

Relatos | 14 de mayo de 2009
Tali

Se enamoró de ella en cuanto la vio en un documental y se dijo: "será mía, cueste lo que cueste".

Meses de paciencia e investigación dieron su fruto y un aciago día, la mariposa cayó en sus redes.

A pesar del lujo en el que vivía, ambiente cálido, hermosas flores, mariposas con las que jugar...

La mariposa azul ansiaba ver el exterior, regresar al lugar donde nació, saborear la libertad.

Esa cárcel de cristal en la que vivía la estaba ahogando.Por eso, siempre que podía, salía del invernadero por una ventanita y volaba feliz.

Pero al regresar de uno de esos viajes, la lluvia rompió sus alas y apenas pudo alcanzar el invernadero.

Cuando él la encontró, se la llevó a casa, pero en lugar de curar sus heridas, la encerró en una vitrina de cristal.

-Ahora ya no podrás escapar -le dijo- sólo yo podré disfrutar de tu belleza.

La mariposa murió de tristeza, pero no le importó. Era suya. Siempre permanecería a su lado.

No sé realmente cómo, querida Tali, tal vez extendiéndote en los sentimientos de él, en cómo desarrolla su actitud desde que se obsesiona por la mariposa, la atrapa y luego, la mete en la urna de cristal. Lo mismo con la pobre mariposa, e incluso acabar el cuento con la muerte de la mariposa, pues dentro de una campana de cristal no se puede respirar.


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